Quizás fue una de las personas más inspiradoras que hemos conocido.
Una tarde y por casualidad, caminando por el mirador de la Plaza de Yanahura, una melodía se dejó escuchar con tal ternura que había que conocer a su creador... ahí estaba Don Luis dejándose ir con su música y dejándonos ir con ella también.
Se gana la vida tocando a los recién casados, enamorados o simple escuchas, deja el estuche de su violín abierto para abrigar las monedas que serán el sostén del día, y con suerte, del día siguiente también.
Lo admirable de este "Don" es su entrega total al arte, a la música que tanto ama y que, también, tanto lo ha cuidado, y es que le ha permitido guardar una sensibilidad que bien puede llenar hasta el más vacío o ablandar al más duro de los corazones.
Llegó a tocar en la Orquesta Sinfónica de Arequipa, como rescatista de montaña salvó la vida de dos personas que se extraviaron en el Misti, no tiene vicios (exceptuando, claro, la música), es todo un gentleman (caballero)... todo esto sumado a lo anteriormente dicho, pues hace que nos enaltezca conocer a un ser humano tan humano. Gracias Don Luis!!!...